Logopedia

La logopedia es la ciencia que engloba el estudio, prevención, evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la comunicación humana. Es una disciplina clínica, en la que se trabaja con personas de todas las edades que sufren problemas muy variados, tales como alteraciones del habla, del lenguaje, de la voz, de la audición; y de las funciones orofaciales y deglutorias.

La premisa principal de un logopeda es rehabilitar, en la medida de lo posible, las funciones que se encuentran alteradas y, ayudándose de las preservadas, proporcionar al paciente una serie de estrategias para que pueda combinarlas y manejarlas, pudiendo facilitar y mejorar las actividades de su vida diaria.

¿Estás preparado para recordar quién eres? ¿Estás dispuesto a oír tu voz interior para poder proyectarla a los demás?

Muchas familias acuden al logopeda tardíamente al desconocer cuál es el momento adecuado para solicitar la ayuda o el asesoramiento de un especialista. La intervención temprana es fundamental en la mayor parte de los casos, siendo necesarios estar pendientes al desarrollo de los menores y a determinados signos o señales de alerta.

En ocasiones resulta difícil para las familias, saber cuándo y por qué deben acudir a un especialista, concretamente a un logopeda. Pues a pesar de que cada niño tiene un ritmo evolutivo distinto y no se deben alarmar cuando comienza a hablar tres o cuatro meses antes o después que otros niños/as, existen distintas etapas del desarrollo del lenguaje, por lo que deben estar atentos a su evolución y estar en contacto directo y continuo con la guardería y el colegio, ya que a menudo son los primeros en observar si existe algún tipo de anomalía en el desarrollo adecuado del niño.

¿Cuándo debemos acudir al logopeda?

Como logopeda y especialista en atención temprana, puedo ayudar a niños que presenten los siguientes problemas (dependiendo de la franja de edad):

  • No existe respuesta refleja ante un sonido o no le tranquiliza la voz de la madre.
  • No sonríe ante las caras o voces familiares ni mantiene contacto ocular.
  • El bebé no emite sonidos o no succiona bien.
  • Ausencia de sonidos o de respuesta ante cualquier sonido.
  • No intenta imitar los sonidos del adulto o no responde a los cambios de entonación de éste.
  • No aparece el balbuceo o laleo.
  • No gira la cabeza ni responde al oír su nombre.
  • No comprende las palabras de su entorno.
  • No produce sonidos con intención comunicativa.
  • No señala para pedir o mostrar algo.
  • No dice hola o adiós con la mano.
  • No dice “papá” o “mamá”.
  • No entiende el “no”.
  • No comprende órdenes sencillas como “mira”, “no”, “toma” o “ven”.
  • No emite palabras aisladas.
  • No usa jerga para hablar, es decir, no hace uso de un lenguaje particular y familiar que usan los integrantes de un cierto grupo social.
  • No dice palabras con significado.
  • No responde de diferente forma a distintos sonidos.
  • Ausencia o escaso contacto visual.
  • No interactúa ni juega con otros niños.
  • Su juego es restringido o repetitivo.
  • No es capaz de realizar órdenes sencillas del tipo: “dame la pelota” o “toma el muñeco”.
  • No realiza frases de dos palabras o más.
  • No utiliza el NO.
  • No acepta bien la comida sólida ni la mastica adecuadamente.
  • No reconoce ni dice su nombre.
  • No construye frases de 2-3 palabras.
  • Su vocabulario es pobre y limitado.
  • No utiliza el juego simbólico.
  • Mastica con dificultad.
  • No realiza frases de tres palabras o más.
  • No formula preguntas.
  • No utiliza el plural o las preposiciones.
  • No comprende los relatos sencillos.
  • Utiliza pocos verbos.
  • Tiene babeo o presenta una mala oclusión dental.
  • Falta de fluidez verbal.
  • Repetición de sonidos o palabras de forma prolongada o simplificándolas en exceso.
  • No utiliza el “yo”.
  • Sus frases son muy cortas o simples, cometiendo fallos de concordancia realizando un discurso poco inteligible para los demás.
  • En cuanto a la articulación todavía habrá sonidos que no pueda decir como la /r/, la /d/ o la /f/, sin embargo, la mayor parte de su discurso debe ser relativamente claro.
  • Presenta bloqueos excesivos en su habla.
  • Aparecen dificultades en la producción de la voz.
  • Continúa sin pronunciar adecuadamente la mayor parte de los sonidos.
  • Presenta un vocabulario reducido, con dificultad a la hora de explicar sucesos o pequeñas historias.
  • Problemas de comprensión.
  • Falta de interacción social.
  • Respira con la boca abierta.
  • Traga enseñando la lengua (deglución inmadura).
  • Su voz se altera frecuentemente (ronquera, afonías…).
  • No arranca a hablar debido a que «se atasca» con facilidad.
  • Repite sonidos («p..p..perro») o prolonga sonidos («dddedo», «mmmano»).
  • Sólo le entienden las personas de su entorno.
  • No puede relatar hechos sencillos.
  • Cambia rápidamente de actividad sin entrar plenamente en ninguna.
  • Tiene dificultades para jugar con el lenguaje y hacer uso de rimas, trabalenguas, adivinanzas…
  • No interacciona con otros niños.
  • Persisten las dificultades en la articulación.
  • Tiene dificultades en la comprensión y expresión del lenguaje.
  • Dificultades en la lectroescritura y en el lenguaje oral que pueden derivar en dificultades en el proceso de adquisición y desarrollo de este proceso básico para el resto de aprendizajes posteriores.
  • No pronuncia bien todos los sonidos del lenguaje ni se explica correctamente.
  • Confunde palabras como ahora/luego, ayer/hoy, antes/después…
  • Al escribir el trazo es poco uniforme.
  • Le cuesta contar.
  • Al leer confunde letras, cambia sílabas y sustituye unas palabras por otras.
  • No comprende lo que lee.
  • Mezcla las letras mayúsculas con las minúsculas.
  • Confunde la izquierda con la derecha.
  • Tiene falta de atención y concentración.
  • Omite, añade y/o sustituye letras al escribir.
  • No usa los signos de puntuación.
  • Al escribir comete errores de secuencia, tamaño y dirección de la letra.
  • Escribe los números en espejo.

Como logopeda, puedo ayudar a adultos que presenten los siguientes problemas:

  • Pérdida progresiva de la memoria.
  • Dificultades para tragar.
  • Parkinson.
  • Alzheimer.
  • Dificultades para expresarse.
  • Rigidez o flacidez excesivas.
  • Pérdida de audición.
  • Problemas para alimentarse.
  • Profesionales de la voz.
  • Daño cerebral.
  • Sorderas.
  • Tartamudez.
  • Síndromes.
  • Enfermedades neurodegenerativas.